Lo que faltaba para el duro



Anda todo el mundo preocupado en Fuerteventura con el asunto de la crisis y la esperanza de que el turismo exterior nos saque del apuro. La economía alemana, está respondiendo y creciendo de tal manera, que hace pensar en la posibilidad de que los ciudadanos alemanes vuelvan a tomar vacaciones como lo hacían antes de estos pasados años.

Este asunto y otros, animan a pensar que quizás el 2011 sea mejor que el año que hemos pasado. Quedan pocos, casi ninguno diría yo, que no estén de acuerdo en que el aumento del número de conexiones aéreas, es una herramienta muy importante para aumentar potencialmente el número de visitantes, de turistas. En ese sentido andan las autoridades de Fuerteventura, reclamando a AENA que permita que el aeropuerto de la Isla pueda permanecer operativo durante la noche, hasta las 02,00 horas.

Parece que ésta es una de las exigencias de una low cost muy importante para comprometerse a montar una base de su compañía en el aeropuerto majorero; asunto muy importante para la industria turística y para el propio empleo. Hasta el momento no se oían voces discordantes, la cosa iba engrasadita que daba gusto.

Los vecinos de El Matorral que son los que viven más cerca del aeropuerto, señalaban su conformidad con la medida, argumentando que la mayor permanencia operativa del aeropuerto traería más trabajo a la isla, que hay que recordar, encabeza en Canarias el ranking negativo en lo que hace referencia al paro. Hay que alabar el sentido de la responsabilidad de estos ciudadanos que sufrirán alguna molestia durante las primeras horas de la noche, pero que entienden muy bien aquello tan viejo que reza: Primero vivir, luego filosofar.

Así que teniendo a la inmensa mayoría de la “tropa” política en los madriles a cuenta de Fitur, ocupaditos en sus cosas -aunque uno a veces se pregunta qué diablos pintan tantos políticos en Madrid a la salud del presupuesto- las cosas iban bien, tirando a mejor. Buen tiempo, mensajes optimistas y los políticos dando la carga y dándose a la buena vida, pero en Madrid, lo que siempre es un consuelo.

Pero, en esta vida siempre hay un pero, hoy nos desayunábamos con las desafortunadas declaraciones del alcalde de Antigua, Gustavo Berriel, que como es costumbre se ha apresurado a ser la voz disidente en este, como en otros asuntos. Llama la atención el contenido de sus manifestaciones, teniendo en cuenta que su municipio, bueno no es suyo, pero ustedes me entienden, digo que su municipio, basa fundamentalmente su economía en el turismo.

¿Y qué dice Gustavo?, pues, para variar, que no está de acuerdo con la inmensa mayoría de los majoreros. Afirma que: “rechaza los vuelos nocturnos en el aeropuerto de Fuerteventura porque los mismos deben sobrevolar, como en la mayor parte del día, sus zonas turísticas, y al considerar que perturban el descanso de los turistas que eligen El Castillo y Costa de Antigua para disfrutar sus vacaciones”.

Y como sabe que la poca popularidad que le queda, la puede perder en el envite, se ha apresurado a protegerse afirmando lo que sigue: Que la institución que preside no está en contra de la ampliación horaria del aeropuerto "sino que creemos que existe una franja horaria diurna en que no operan aviones y que debe ser utilizada para no molestar por la noche a los turistas que ya tienen que soportar todo el día los ruidos de los aviones".

Y así ha solucionado su problema personal, primero que no y por si se le echa la gente encima se apresura a advertir que no está en contra de la ampliación horaria del aeropuerto y manifiesta que existen unas misteriosas horas en el que el aeropuerto permanece abierto, pero oiga amigo lo que son las cosas, durante ese misterioso lapso de tiempo que dice Gustavo, no vuelan los aviones.

¡Qué suerte tenemos! Si no nos descubren lo de las horas estas, capaz que abrimos el aeropuerto tres o cuatro horas más, como se está haciendo en tantos sitios. Anda que si no es por Don Gustavo, metemos la pata hasta el corvejón. Así me gustan a mí los políticos, hombres de ideas. ¿Usted perdone pero éste no es el alcalde que la ha liado con la playa de El Castillo y que tiene lo de Costa de Antigua hecho un asco?, ¡quite usted para allá!, desde cuando es lo mismo la rehabilitación de una playa que el descubrimiento del “lapso horario inerte” que sufrimos en nuestro aeropuerto. Lo suyo son ganas de fastidiar.

Ahora sólo queda que Don Gustavo nos explique cuáles son esas misteriosas horas en las que el aeropuerto permanece abierto pero “en la que no operan los aviones” y asunto solucionado. Claro que, acabo de volver de la terminal y no he sido capaz de desentrañar ese misterio. No dudo que D. Gustavo Berriel con su superior criterio aeronáutico y horario lo aclarará, me extraña que no lo haya expresado en estas declaraciones; pero ya se sabe que es un hombre muy ocupado y se le habrá olvidado.

Para una vez que estábamos todos de acuerdo llega el de siempre y la lía. ¡Así nos luce el pelo!























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