El “problema” de Cataluña. Entre timoratos y amantes de la instantaneidad

Los independentistas tal y como se van a quedar, con el culo al aire
He entrecomillado problema en el título, porque no creo que en realidad haya un problema real en Cataluña con respecto a su independencia, estoy convencido que los primeros en no quererla son los de CiU, que saben  las desastrosas consecuencias que tendría para  su economía la pérdida del mercado español como cliente de sus productos, por poner un ejemplo. Pero no es de eso de lo que quería hablarles, hoy quiero hacer un comentario que no me hará ganar demasiados amigos pero  ya dijo hace mucho tiempo Aristóteles aquello de que “Amicus Plato sed magis amica veritas” que para los que no estudiaron latín en el bachillerato significa, más o menos, “Platón es mi amigo, pero más amiga es la verdad”. 

Hemos vuelto al desencanto nacional que sufrió España tras la pérdida de nuestras últimas colonias. Convengo en que estamos pasando una época muy difícil, pero lo económico no tiene nada que ver con la falta de fe en nuestras capacidades como nación. Para cualquiera que haya leído - no digo estudiado porque lo de la enseñanza está, como está - algo de nuestra historia, convendrá conmigo, que como pueblo en peores nos las hemos visto y al final hemos echado para adelante, sacando fuerzas de esa fibra moral que siempre nos ha caracterizado.

Por eso me cuesta entender la cantidad de ciudadanos timoratos que desde fuera de Cataluña han decidido que la batalla de la independencia la hemos perdido ya. Basta leer lo que se publica en las redes sociales para percatarse de que hay mucha gente, que no quiere saber nada de los problemas que se suscitan a su alrededor y prefiere dar por perdida la batalla por Cataluña, antes que hacer frente al asunto.

Veamos a qué nos enfrentamos, porque parece que le tengamos miedo a un grupo de ciudadanos españoles, por muy numeroso que éste sea, comandado por un anciano que se acaba de auto inculpar de haber defraudado al fisco español a lo largo de más de treinta años. Un tipo, para que lo sitúen, que se parece muchísimo al Yoda de Star Wars y es el que corta el bacalao en un partido que, como todo el mundo sabe, lleva desde los tiempos de Jofre el Pilós llevándoselo calentito, a cuenta de sus apaños con las grandes empresas de Cataluña, que acudían a los concursos de la Generalitat. Tienen un gobierno presidido por un manús, del que todo el mundo sabe que su único mérito  ha sido, el  de ser el chico de los recados del buda de la patria catalana, puesto que ganó gracias a ser amiguito de la infancia de los hijos del Yoda, que se han montado en el dólar con unos negocios muy, pero que muy oscuros y que a cuenta de esos negocios, las autoridades de Liechtenstein acaban de señalarlo con el dedo acusador que tienen para estos casos los paraísos fiscales, cuando entran en modo “Paraísos sí, pero no tanto”.

Esa gente se agarra a una decisión de su Parlament, un organismo que debe ser como el parlamento de la señorita Pepis, otra explicación no hay. Porque se citó a Jordi Pujol para que compareciera ante el pleno de la institución y diese cumplida explicación de sus pecados fiscales y llegó el Yoda, los puso firmes, les arreó una bronca del quince y se permitió el lujo de “advertirles” de los riesgos a los que se enfrentaban si el Jordi recibía una condena, aunque fuera política. Así que no debe ser muy allá el Parlament ese, si ni siquiera el Jordi y sus diputados lo respetan.

Nosotros tenemos un gobierno, tenemos al ejército, a la Guardia Civil, a la Policía Nacional, somos miembros de la ONU, de la OTAN, de la UE y de lo que haga falta. Tenemos una constitución que se votó en 1978 y que votaron los catalanes, como lo hicieron el resto de españoles, por lo tanto, en mi opinión, tenemos la fuerza de la razón y a las malas, la razón de la fuerza. Es por lo que no puedo explicarme la existencia de todos esos españoles que dan por perdida a Cataluña.

Luego están los amantes de la instantaneidad, que llevan de toda la vida preguntando cuando se les quita la autonomía a los catalanes y llevan más de un año acusando de cobardía al gobierno, por no meter en la cárcel a Más y al resto de la “colla” nacionalista. Que hay que ver, lo que le gusta a algunos españoles, lo de mandar a la gente a la cárcel. Parece que no haya manera que entiendan, que para hacer eso se necesitan dos cosas, la comisión de un delito y un juez, porque en España sólo mandan a la cárcel, los jueces.

Pues bien, tanto los timoratos, como los de la instantaneidad, lo que deberían hacer es confiar en el gobierno. Esperen, no se me amontonen y dejen que me explique. Efectivamente deben confiar en el ejecutivo y en el resto de estructuras del Estado español, porque si el gobierno no  cumpliera con su deber, hay modos y maneras de solucionar eso. Aunque tengo que decir que si el ejecutivo se sintiera apoyado en esta cuestión, quizás trabajarían con mucho más rigor. No me vengan ahora, con lo de que si Rajoy, que si el PP, que si han subido los impuestos, que si les han mentido... Cuando a usted se le quema la casa, llama a los bomberos, aunque el jefe de ellos le quitara la novia en la universidad y además le partiera la boca delante de ella, cuando usted se quiso poner flamenco. Porque en ese momento de lo que se trata es que haga su trabajo quién debe hacerlo y lo de la simpatía o antipatía hay que dejarlo para situaciones en las que esas circunstancias sean de aplicación.

Hay que ver lo prestos que están muchos para negarle el pan y la sal al PP, pero el PSOE anda por ahí vendiendo tranquilamente un cuento, que pretende que los españoles modifiquemos nuestra Constitución, para que ésta pueda tener encaje en el Estatut de Cataluña, que eso sí que me parece un dislate, eso sin considerar, que hay que hacerlo, que el problema al que nos enfrentamos lo creo un tipo del PSOE que se hacía llamar ZP, cuando dijo aquello de que aceptaría todo lo que saliera del Parlament y de aquellos polvos, estos lodos.

Dejen que el gobierno haga su trabajo que lo va a hacer, naturalmente no lo hará, como lo haríamos usted o yo, pero lo hará y no teman por lo de la independencia de Cataluña, que como ya les he dicho, los de CiU no la quieren. Lo que les molaría mazo sería el rollito del PSOE, eso del federalismo, pero con una asimetría brutal, de manera que pudieran actuar como si fueran un estado independiente, pero amparados por España y sobre todo por su mercado, que como todos sabemos, la pela es la pela y eso es lo que importa. No porque sean catalanes, sino porque son nacionalistas.

Comentarios

  1. Texto amparado en falacias, y más falacias. Se que no pasará el corte y no lo publicará. Pero al menos me aseguro de que usted si lo lea.

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    1. Buenas noches, ya me relacionará usted las falacias, porque a lo que usted hace se le llama toreo de salón.

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