La descomposición socialista se agrava


Les aseguro a ustedes que estos últimos días cuando me enfrento al folio en blanco, hago lo imposible por no tener que escribir sobre el PSOE, su gestora, los barones ayer críticos, que hoy no se sabe bien que son, los “sanchistas” arrepentidos que trabajan por integrarse, los irredentos del “No, es no”, etc., etc., pero francamente los críticos y los otros, la Gestora y la propia organización, hacen lo imposible para que cada día tenga obligatoriamente que escribir sobre ellos.

Hoy se me daba una oportunidad de evitarlo a cuenta de la dimisión de Carolina Punset,  miembro relevante del Comité Ejecutivo de Ciudadanos, que harta de los bandazos supuestamente ideológicos de los naranjitos - digo supuestos porque mucho hay que suponer o mejor imaginar para aceptar que Ciudadanos tenga a una ideología reconocible - ha entonado eso tan viejo de hasta aquí llegó la riada del catorce y se ha despedido de su gente con un mosqueo más que regular. 

Créanme si les digo que me he empeñado por ver si  entre lo de la dimisionaria, las fisuras que se adivinan en el partido, dicen que centrista, el estruendoso fracaso electoral que les amenaza… podía apañar un comentario, pero voy a tener que dejarlo para dentro de unos días, porque me dicen que esto no va a quedar así, sino que, como el ojo del viejo y malísimo chiste, se va a hinchar y con su permiso esperaré a que así sea.

Todos sabemos que el PSOE atraviesa por una crisis de muy difícil solución, por saber lo saben hasta los propios socialistas, pero hay detalles que señalan que el nivel de descomposición interna está alcanzando niveles catastróficos. Resulta, así nos lo cuentan los que se ocupan de las filtraciones en Ferraz, que uno de los problemas más importantes que se presentan de cara al próximo Comité Federal, que se supone se celebrará el domingo día 23, porque ya no pueden retrasarlo mucho más, es que los dirigentes socialistas pretenden que no se sepa si votan por la abstención o por el "No, es no".

Y aunque cueste creerlo, se está desarrollando una lucha silenciosa y subterránea por ver de que el voto sea secreto, que así lo prefieren los hoy oficialistas o a cara descubierta, que es lo que pretenden los del “No, es no” y sus mariachis. Esta situación dice bien a las claras lo mal que están las cosas para los de Ferraz. Se dice que “por sus hechos los conoceréis” y yo añado que por sus temores o por sus miedos, mucho más y mejor.

Porque cuando los dirigentes socialistas que conforman el máximo órgano del partido entre congresos, se resisten numantinamente a que se sepa qué van a votar, uno tiene que preguntarse si es que tienen miedo a las represalias, como si el comité fuera una reunión de familias mafiosas, en las que todos sabemos que lo más prudente es pasar desapercibido o simplemente no quieren que se sepa lo que votan porque no están convencidos de la bondad de la decisión que toman. Si es por miedo malo y si es por falta de convencimiento, mucho peor.

Mientras unos y otros discuten y se pelean, lo que durará hasta que el Comité Federal inicie su sesión el día que Javier Fernández se atreva a convocarlo, existe un movimiento dentro del partido que está por la labor de convencer a todos, que lo más bueno y sobre todo lo más barato por aquello del mosqueo de la militancia, pasa por montar una especie de “tamayazo institucional” (*) que pretende propiciar la ausencia de once diputados para que Rajoy pueda ser elegido en segunda vuelta;  solución vergonzosa e ilusa a la que los amantes de los subterfugios semánticos llaman  “abstención técnica”.

Quizás la única nota positiva de todo esto, sea la reacción de Javier Fernández y Susana Díaz, que ante el sideral tamaño del disparate, han tenido que salir a la palestra para significar que se niegan a que el PSOE se abstenga de forma “vergonzante” y por tanto exigirán disciplina de voto a los 84 diputados socialistas, porque afirman que “no es serio” plantear 11 ausencias para que salga investido Rajoy. 

Lo que entre tanto miedo, oportunismo, hipocresía, mendacidad, falta de responsabilidad y agallas, es de agradecer, porque el papelón del PSOE proponiendo a Rajoy lo de investirle a base de que once diputados socialistas se abstuvieran de estar presentes, es para nota alta.

Así que Javier Fernández ha jugado sus cartas, alargando el momento de convocar al Comité Federal, buscando que acuerden lo que acuerden, no haya tiempo para poder negociar nada, ni para que nadie le busque los tres pies al gato, deporte al que son tan aficionados los socialistas.

Quién ha hablado muy claro ha sido Fernández Vara, recordando a todos que en el Comité Federal se votará si gobierna Rajoy en el presente mes o lo hace en diciembre, así de claro y así de fácil de entender, aunque no creo que sirva para nada, porque el sentido común cotiza muy a la baja en el partido socialista.

Veremos a que juegan, porque esto puede terminar como el celebérrimo rosario de la aurora y lo peor es que los palos  y linternazos nos los vamos a llevar nosotros.





 (*) Tamayazo: Se conoce como “tamayazo” al transfuguismo de dos parlamentarios del PSOE en la Comunidad de Madrid, Eduardo Tamayo y María Teresa Sáez, que con su ausencia en el pleno del 10 de junio del 2003 permitieron el nombramiento de Concepción Dancausa como presidenta de la Asamblea de Madrid e impidieron que el pacto PSOE-IU pudiera formar gobierno, lo que llevó a otras elecciones que ganó Esperanza Aguirre

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