El PSOE roto, se la juega a cara o cruz

Los "sanchistas" los proponen como solución
El PSOE tiene muchísimos problemas, pero el que me parece más peligroso para la organización socialista es la fractura que ocasionó el anterior secretario general, que dejó al partido tras su “sugerida” dimisión hecho un solar. 

Siempre he sostenido que el PSOE estaba apuntado al “No, es no” al completo de sus efectivos, creo que podrían contarse con los dedos de una mano a los militantes socialistas que entendieran que lo mejor era dejar gobernar a Mariano Rajoy. Huérfanos de ideología llevaban un año largo en el que el  “No, es no” y lo de que hay que echar a Rajoy de La Moncloa era el único pensamiento político que expresaban.

Si a algún curioso – hay gente p’a tó, como decía Rafael El Gallo -  se le hubiera ocurrido preguntar por el programa del PSOE se hubiera encontrado con una serie de propuestas en negativo que decían bien a las claras la inexistencia de una ideología y un proyecto definido. El PSOE lo tenía claro, su programa de gobierno se basaba, como de costumbre, en derogar todo aquello que hubiera legislado el PP. La reforma laboral, la ley "mordaza", la ley de educación… etc., no es que fuera una novedad, pero sí lo era que esas ideas eran lo único que eran capaces de explicar a los ciudadanos, sin acompañamiento de alguna aportación más allá de la promesa de subir los impuestos… sólo a “los que más tienen” decían, como si alguien pudiera creer que los “que más tienen” tributen por la vía del IRPF.

La verdad es que los entonces críticos y hoy oficialistas, que hay que ver las vueltas que da la vida, dieron su golpe de mano, no porque fueran partidarios de dejar que Rajoy gobernara, sino por hacerse con las riendas del partido, antes que Pedro Sánchez acabara con él. Lo de la abstención vino después porque sabían que no podían ir a otras elecciones, si el panorama electoral hubiera sido algo menos tenebroso, hoy estaríamos hablando de las elecciones del 18 de diciembre.

A día de hoy en el PSOE combaten dos tendencias, los que tienen muchísima prisa en que se convoque el Congreso Federal y los que piensan que más vale tomarse las cosas con calma, porque el partido no aguantaría otro fracaso estilo Sánchez.

Entre los apresurados se encuentran los partidarios de Pedro Sánchez que están buscando la manera de volver a poner en marcha a su líder, a los que preocupa en grado sumo el número de deserciones que están contabilizando en su bando. Cada día aparece un acérrimo partidario de Pedro Sánchez explicando a los de la gestora que ha visto la luz y que cuenten con él para lo que haga falta y eso es malísimo para la moral del conjunto.

Convendrán conmigo que estas gentes tienen que ser unos optimistas como la copa de un pino, porque tras aquella entrevista en La Sexta de su amado líder, se hace difícil defender la postura de Pedrito, primero fue aquello de que cuando hablaba de ir codo con codo con Podemos se refería al "podemos social" hablaba para la gente que estaba con los morados pero habían sido votantes del PSOE. Como no coló el cuento, ahora explican que Sánchez está preparando una maniobra para pactar con Podemos, pero con los buenos. En fin, como digo unos optimistas como la copa de un pino y unos fabuladores de campeonato.

Aunque sean fervientes “sanchistas” entienden que a Pedrito para volver a ser secretario general se le ha puesto la cosa más que difícil, imposible y por ello se han sacado de la manga una solución que no sé yo que éxito pueda tener. Pretenden formar un binomio, con Sánchez como candidato a las elecciones y Pepe Borrell como secretario general. 

En el bando de la Gestora, tres aspirantes
Creen que con esta pareja serán capaces de ganar un congreso. Me parece difícil, porque si hay una cosa clara en España es que Pedro Sánchez electoralmente hablando es más malo que la carne de pescuezo y mi paisano Borrell es de la “vieja guardia socialista”. De esa generación que  Sánchez y el “equipo del secretario general” se encargaron de denostar y arrastrar por el barro. Mal secretario general puede ser Borrell si es de aquellos viejos dirigentes que no conocen el PSOE de hoy y no entienden a los militantes, como se hartaron de afirmar los de Sánchez cuando ocupaban Ferraz.

Comprendo que juntar a dos víctimas del aparato socialista pueda resultar tentador. Los “sanchistas” ya nos han explicado que el Comité Federal vendido al IBEX 35 y sujeto a presiones inconfesables, le cortó injustamente la cabeza a Pedro Sánchez. Llevan mucho tiempo significando que el aparato del partido jamás lo aceptó y fue a por él desde el primer momento de su mandato. 

Un caso parecido sería el de Josep Borrell que en el año 1998 le ganó a Almunia las primarias para candidato a las elecciones generales del 2000 y que tuvo que dimitir en 1999 por un asunto que parece nació en el seno del mismo PSOE.
Un asunto oscuro que tenía que ver con un fraude fiscal cometido por hombres de la confianza de Borrell y algunas cosas más, que quedaron en el plano de la discreción partidista. En fin una revoltura que le obligó a devolver los trastos  a una dirección del partido, que ciertamente no lo podía ver ni en pintura y dimitir.

A esta gente se oponen los de la Gestora que entienden que necesitan tiempo, sobre todo para que el PSOE se reinvente y sea capaz de crear una línea de pensamiento y un programa ad hoc, primero el programa y luego el candidato dicen y tienen razón. Saben que si ceden a las presiones y convocan el Congreso para ya mismo, el desastre sería descomunal y la fractura del partido probablemente deviniera irreversible. 

Hablan de poner fecha al congreso antes de final de año, así taparían algunas bocas, pero no creo que tengan opción de llevarlo a cabo, hasta después del verano próximo.

Se la juegan porque o “colaboran” con el PP, que por cierto ya ha convocado su Congreso Nacional para el próximo mes de febrero, o si le pisan  demasiado los callos a Rajoy, éste puede convocar elecciones en mayo y el gallego los puede pillar en campo abierto, sin programa, sin candidato y sin esperanza alguna. Es por eso que hasta que no celebren el Congreso Federal, gallearán lo que puedan, harán el ruido que le permitan las circunstancias y procurarán que las cosas funcionen razonablemente bien para el gobierno.

El PSOE se la juega a cara o cruz, no tiene una salida fácil, personalmente entiendo que la Gestora impondrá su hoja de ruta, que aún no tiene y eso es malo. Pero si ceden, acabarán con el partido.

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