Ayer sobre la coherencia, hoy sobre la incoherencia


Los barones socialistas, son todos varones

Se lo he explicado a ustedes más de un vez, esto de escribir un nota (post) en “Al sol de Fuerteventura” a veces no resulta demasiado fácil. El principal problema que sufro de manera habitual es la elección del tema. Ayer no se me ocurría nada, repasando la prensa buscando una noticia que me llamara la atención, pude ver algunas que me sorprendieron desagradablemente por la incoherencia de sus protagonistas. De nació “Coherencia, una actitud fascista”

He de reconocer con satisfacción que la nota, llamó la atención de los amigos que me hacen el favor de seguir de manera más o menos habitual el contenido de esta bitácora. Muchos entendieron que la intención no era otra que subrayar la incoherencia de la casta política, desde la óptica del sarcasmo y la ironía. Pero como adjudiqué la categoría de fascistas a los que parecían más a favor de esa inexistente virtud, algunos entendieron – cogiendo el rábano por las hojas – que atacaba a la izquierda y que la denunciaba globalmente por su incoherencia.

No era esa mi intención y utilicé el término fascista, tal y como lo hace la izquierda de este país que así llama a cualquiera que disienta o denuncie alguna actitud de esta izquierda progresista y “bien pensante” que ha asolado el acervo ideológico de la izquierda real, que aún subsiste. Aunque quizás sea bueno recordar, que los partidos fascistas que se crearon en este mundo en el primer tercio del siglo XX, no eran otra cosa que la reacción política de algunos socialistas que se negaron a militar en organizaciones de obediencia marxista. Pero esto es harina de otro costal y el día que tenga ganas de discutir, cuelgo una nota sobre este tema.

Bueno hoy le toca a las noticias que generaron la nota de ayer, no están seleccionadas ni buscadas a lo largo de muchos días, básicamente la visión de la primera de El Mundo del 30 de mayo, bastó para “inspirarme” el tema, vamos a ello.

Hablaremos pues, de la coherencia o, por mejor decir, de la incoherencia, vicio que preside gran parte de las actuaciones de esta casta política, que como la peste, infecta todo aquello que toca. En primer lugar tengo que hablar de un hombre que siempre me ha resultado simpático, Rodríguez Ibarra, el socialista que presidió los destinos de Extremadura. Un hombre que siempre ha llamado mi atención por la contundencia y la simplicidad, que no simpleza, de sus declaraciones públicas.

Un socialista que responde al estereotipo de esos extremeños, duros como el pedernal, combativos y luchadores que han adornado muchísimas páginas gloriosas de nuestra Historia (algún exégeta izquierdista torcerá el gesto ante el párrafo, que quizás le suene algo fascista. Esto de poner historia con mayúscula dice mucho y malo del texto y ya calificarla de gloriosa, huele a derecha decididamente). Un hombre honrado, a mi parecer y que sin embargo antes de retirarse sorprendentemente se montó una Capua particular, financiada por una ley, que el mismo firmó, que obliga a los extremeños a pagar todos sus gastos.

Estamos hablando de unos gastos que superan en los tres primeros años, los dos millones de euros. Cuatro coches, un local, secretaria, tres asistentes, gastos de vestuario, restaurantes, regalos, vinos, flores y un largo y estremecedor rosario de virguerías varias. Estoy convencido que el propio Ibarra sigue pensando que está actuando como siempre ha hecho, austera y honestamente.

Se equivoca, lo que ahora hace tiene un nombre muy feo y el que no se dé cuenta de ello sólo se puede deber a un ataque agudo de incoherencia, que le hace vivir hoy, de manera contraria a sus principios de ayer. Así que ya ven ustedes, esta fue la primera de las noticias, triste noticia al menos para mí y ya no digo para los paganos extremeños, que me llevó a escribir lo de “Coherencia una actitud fascista”.

No teman amigos míos, no les voy a hablar de lo de Rubalcaba y las primarias digitales que han inventado para él, los corifeos de siempre. Pero hablando de primarias, despertaron mi interés unas combativas declaraciones del inestimable e inefable Juan Fernando López Aguilar, que desde la cumbre de su particular Sinaí en el Parlamento Europeo, sostenía la peregrina teoría de que unas primarias lo son, haya un solo candidato o más, que ya es sostener en un profesor de Derecho Constitucional.

Habrá que recordar que Juan Fernando no es el más indicado para hablar de primarias. Curiosamente, en tan acendrado defensor del trámite, él fue elegido por otros sistema: “las testicularias” que como todo el mundo sabe es otro procedimiento de elección, plenamente democrático, no vayan a pensar mal, por el que el candidato de Canarias lo elige Ferraz y lo impone en las islas por coj…, de ahí el nombre de testicularias, que rima con primarias, pero que, a la vista está, son muy distintas. Seguro que si ustedes acusan a López Aguilar de incoherente, el hombre, que siempre ha sido muy delicado y sensible para sus cosas se sentiría dolido y acusado injustamente; que ese parece ser el peligro de la incoherencia, una enfermedad política que ataca de manera insidiosa y asintomática, si hemos de creer a quienes la padecen.

Y ya para cerrar, lo más. Ya saben que el viernes pasado, se reunían en Ferraz los mandamases territoriales socialistas. A estos señores se les conoce como barones, primera incoherencia socialista, pero bueno así son conocidos y se utiliza el término con habitualidad, el titular de aquella reunión debiera haber sido Los barones socialistas son todos varones, esa era la noticia y no otra.

No me dirán ustedes que esto de que los dirigentes territoriales socialistas, elegidos democráticamente por la militancia socialista, sean todos varones, en el partido de la Ley de Igualdad, de las listas cremallera, el de los combativos feministas, los de la paridad por decreto, no supone una incoherencia monumental, al menos si basamos el aserto en la segunda acepción que sobre la coherencia nos da el DRAE: “Actitud lógica y consecuente con una posición anterior”. Más que incoherencia, que lo es, lo de la exclusión de las mujeres socialistas en las direcciones territoriales del partido, supone un timo, un engaño monumental a la militancia, a los votantes, a los ciudadanos y sobre todo a las mujeres.

Y ya por finalizar a algún amigo de la izquierda tendré que decirle: ¿Qué es incoherencia?, dices mientras clavas en mi pupila, tu pupila azul. ¿Qué es incoherencia? ¿Y tú me lo preguntas? Incoherencia… eres tú. Y que me perdone el poeta.





























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