La campaña socialista, de mal en peor

Rubalcaba y Blanco, dos hombres y un destino...


Llevan una temporada el PSOE y su candidato, ya saben el de la triste figura, que parece mismamente que a  los  dos los hubiera mirado un tuerto. Conste que nada tengo contra los tuertos, me limito a utilizar un lugar común muy nuestro; pero habrá que reconocer que tienen un gafe encima que deberían hacérselo mirar. No hay nada que les cuaje, las propuestas de Rubalcaba se deshacen como los azucarillos en el agua, basta que proponga algo para que la realidad de las cosas o el propio gobierno socialista le obliguen a “matizar” – así se llama a una rectificación en alto politiqués – y si no lo hace él mismo, el servicio de prensa del PSOE se ocupa de hacerlo.

Me decía una querida amiga, que no está alineada de ningún modo con el PP, por lo que no resulta sospechosa de partidismo, me decía, digo, que estaba cansada de escuchar hablar a Rubalcaba de sus “dudas razonables”. Decía Borges que “La duda es uno de los nombres de la inteligencia”, y probablemente sea cierto, pero la duda como todo en la vida hay que saber administrarla con mesura. Al igual que lo de las rectificaciones se le adjudican a los sabios, pero habrá que recordar cómo Felipe González afirmaba que eso era cierto , pero que quien tenía que rectificar constantemente no era un sabio, sino que por el contrario, era un necio.

Así que como estoy hablando de la campaña socialista me apoyo en la indudable auctoritas que en ese ámbito tiene Felipe González, para parafrasearlo y decir que el que duda constantemente no es alguien poseedor de una inteligencia reseñable, sino más bien un hombre confundido que poco tiene que ofrecer. Porque me parece que el trabajo de quien se postula como solución es ofrecer soluciones. Así que además de muchas cosas más, en la campaña rubalcabiana sobran muchas “dudas razonables” y faltan muchísimas “propuestas razonadas”.

Pero es que además de la declarada falta de rigor en las propuestas de Rubalcaba, que no es que lo diga yo, lo dicen las constantes rectificaciones, matizaciones y aclaraciones a las que se ven abocados los del “Rubalcaba team” cuando por fin se deciden abandonar el campo de sus “dudas razonables” e intentan pasar al terreno de las propuestas, además de eso que ya es bastante, tienen una mala suerte de preocupar. Esta es una situación que ha trascendido del propio ámbito del equipo de campaña, para llegar hasta los ciudadanos, incluyendo naturalmente en esta categoría a los votantes del PSOE.

De tal manera que en el seno del partido se alzan voces reclamando un Congreso Extraordinario tras las elecciones, y lo demandan no ya con carácter de urgencia, sino que exigen una inmediatez tal, que parece que nazca más del deseo de ajustar cuentas con Rubalcaba que del comprensible deseo de procurar un liderazgo nuevo a un partido que se está descomponiendo ante las vista de los ciudadanos y que acepta que va a recibir un correctivo muy duro en las urnas.

La sensación en el entorno de Rubalcaba es que van de cabeza al despeñadero. Saben que una victoria es imposible, y no se ven capaces siquiera de conseguir una derrota digna que le permitiera al candidato salvar la cara y a ellos los muebles. De tal manera que el equipo que nunca ha sido demasiado eficiente, está perdiendo los papeles y sólo les falta acudir a un brujo, cubano eso sí, que les solucione la papeleta.

Puedo entender el desánimo de la gente que trabaja por Rubalcaba. Los sondeos, las encuestas los aplastan todos los días. Hace un par de días se publicaban los resultados de un estudio que ponía de relevancia que el PSOE había perdido dos nichos electorales que siempre había administrado con suficiencia. Los socialistas siempre habían considerado suyos dos sectores del electorado, los jóvenes y los jubilados, que desde siempre se han decantado por dar su voto al PSOE. Pues bien la encuesta advierte que eso se acabó,  que ya ni los jóvenes, ni los jubilados tienen previsto votar socialista el 20 N.

Añadan ustedes las noticias económicas, con el FMI dispuesto a comprar deuda española y que naturalmente se va a cobrar el favor, somos una economía intervenida de facto y eso lo sabe la gente al igual que saben que los padres de la criatura han sido los socialistas. Los follones de Blanco, que a cada día que pasa lo tiene más negro y que tiñe de esa negritud a la candidatura de Rubalcaba que, sabrá él sus motivos, ha apostado por la inocencia de Blanco y ese apoyo lo va a pagar en las urnas, porque el asunto no puede ser más feo.

A lo de la gasolinera y los 400.000 euros, se suma ahora la acusación que hace Dorribo – el otro gasolinero – de que su socio le pagó a Blanco la mitad de una de sus casas. Todas estas cosas han puesto sobre el patrimonio de Blanco una indeseada atención Hay mucha gente observando con lupa el patrimonio de Blanco y su extraña facilidad para conseguir de los bancos importantes hipotecas, que extrañan teniendo en cuenta sus ingresos.

Añadan a todas estas sospechas el increíble crecimiento de un empresario gallego, paisano de Pepiño, que  es dueño de una constructora que se llama  Antalsis S.L, una de las poquísimas empresas que han logrado prosperar en plena crisis. Antalsis se encuentra entre las 20 más favorecidas por Fomento, pasó de facturar 1,5 millones en 2006 en obra contratada, a los 56,7 millones que facturó en 2010. Si ustedes se molestan en mirar las fechas en las que Blanco llegó a Fomento podrán observar su coincidencia con el aumento de facturación de esa empresa que en los corrillos del sector es conocida por la del "gallego amigo de Blanco".

Resulta muy difícil de explicar que mientras Fomento reducía sus inversiones en más de un 40%, Antalsis, en competencia con las empresas constructoras más poderosas de España, conseguía aumentar su facturación un 5.000%, que hay que ver lo difícil que resulta una cosa así y eso tendría que justificarlo con luz y taquígrafos, el propio Blanco.

Así que ya les digo el propio equipo de Rubalcaba no sabe qué hacer, los barones del PSOE pidiendo, bajo cuerda, pero pidiendo su cabeza, dándole por derrotado de antemano; el gobierno socialista, haciéndole un pie agua cada vez que ha tenido ocasión, que si la reforma constitucional, que si lo del escudo antimisiles; ahora Pepiño y sus galaicos jaleos. Una situación que cabría calificar de desesperada, aunque parece que alguien, después de muchas reuniones ha encontrado la solución a todos sus males.

Ya no importa la falta de credibilidad del candidato, ni la demostrada incapacidad de Rubalcaba para conectar con el electorado, lo de las rectificaciones de las propuestas no interesa, ni los problemas de Blanco y lo de las encuestas no tiene importancia. Pecata minuta, han dado con la piedra filosofal que va a poner fin a sus angustias y va a llevar al PSOE a la victoria.

Han decidido que Rubalcaba debe ponerse fundas en los dientes, con eso y un par de mítines está la cosa hecha. Seguro que el PP debe estar temblando y habrá llamado a consultas a más de cuatro dentistas.

Supongo que, mientras tanto, Rubalcaba habrá pedido una tila y habrá buscado un rincón solitario donde poder echar a solas, un par de lagrimitas. Lo comprendo.

¡Vaya tropa!

Comentarios

  1. Es que la mentira tiene las patas muy cortas y en España ha recorrido ya mucho camino. Demasiado tal vez. Ya no da para más.

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