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Se buscan quinientos controladores

En primer lugar y para evitar cualquier duda o interpretación al contenido de este artículo, vaya por delante mi condena a la conducta observada por los controladores que abandonaron injustificadamente su trabajo. Dicho queda y ahora vamos a lo que nos interesa.

El convenio colectivo de los controladores con AENA se firmó por última vez en el siglo pasado, concretamente en el año 1999 con una vigencia de cinco años. Por tanto en el año 2004 hubiera debido renovarse ese convenio colectivo, que hizo pedazos en febrero de este año el Sr. Blanco.

Que se hizo, o por mejor decir, que no se hizo a lo largo de estos años hasta llegar al estallido del pasado viernes es algo que debieran explicar los responsables de estos asuntos, a saber, los controladores, AENA y el ministro de Fomento correspondiente.

En febrero de 2010 José Blanco dinamita el convenio colectivo a través de un decreto que cuenta con el apoyo explícito del PP y nos asegura que piensa formar o contratar a quinientos controladores para evitar la espada de Damocles que supone la existencia de unos especialistas renuentes a aceptar, al menos por las buenas, el contenido del Decreto y para los que no hay recambio.

Desde febrero hasta la fecha ha pasado mucha agua bajo el puente pero de los famosos quinientos de Blanco no tenemos noticia. Nadie podrá discutir que si esos controladores hubieran estado trabajando el pasado viernes seguramente la situación hubiera sido muy distinta.

Sobre la inexistencia de los controladores que iba a sacarse el Sr. José Blanco de la chistera, sí que hay que señalar ¿culpables?, no es esa mi intención, pero sí hay que decir -porque es muy cierto- que el Sr. Blanco propuso algo que ni se ha molestado en intentar, por lo tanto de la inexistencia de eso 500 controladores que nos prometió es responsable D. José Blanco.

Ahora el gobierno, que ha tenido diez meses para formar a quién le hubiera parecido, pretende ampliar la vigencia del Estado de Alarma en dos meses “para que ese tiempo les permita formar a los controladores militares”. Tras haber ordenado la militarización del control aéreo nacional tal y como dispone la actual Ley de Navegación Aérea y haber colocado a los controladores rebeldes bajo la jurisdicción militar no puedo entender a qué vino la declaración del Estado de Alarma.

Quizás sea muy torpe, pero si la herramienta para forzar la voluntad de los controladores fue la aplicación del código militar, como ha quedado prístinamente claro, a qué vino la declaración del estado de Alarma, que no añadió nada a la presión que ya experimentaban los controladores en rebeldía.

Que tras los primeros quince días, tope máximo que permite la ley, se pretenda ampliar su vigencia me parece, como poco, injustificado; a no ser que se nos den unas explicaciones que aclaren el asunto, porque en estas cosas los ciudadanos, modestamente, también tendremos algo que decir.

Quizás hubiera algo que ignoramos y que justificara la decisión aunque el gobierno no nos lo explica. No quisiera creer que simplemente el gobierno de ZP se encuentra más cómodo, gobernando en un estado excepcional por una serie de razones inconfesables. Inconfesables a lo mejor no es la palabra más adecuada, por unas razones inconfesadas y que francamente a mí me gustaría conocer. ¿A usted también? Pues me alegro tanto.

Pasa algo raro con Marruecos, es la primera vez que veo suspenderse una marcha reivindicativa en ese país, ¿van por ahí los tiros?, o acaso le resulta más cómodo al gobierno aplicar el mayor tiempo posible una medida que impide disolver las cámaras y convocar elecciones. O tiene que ver con la intervención de la UE. Sin ánimo de entrar en debate ¿a ustedes les parece normal que se declare el Estado de Alarma en el país y el Presidente del Gobierno haga fu como los gatos y ande en desconocido paradero desde el pasado viernes hasta ayer lunes?

Ahora anuncian que pretenden ampliar la aplicación temporal del Estado de Alerta para formar a los ciento y pico controladores militares; mientras el Sr. Blanco, que nos prometió las cabelleras de los responsables del desaguisado, se ha apresurado a señalar que ninguno de los controladores pasará a la jurisdicción militar y que de los cuatrocientos y pico expedientes abiertos sólo se consumaran los que correspondan a los malos de verdad. A todos aquellos que afirmen haber sido “coaccionados” y que delaten a los cabecillas se les aplicará la bendición apostólica y el perdón de sus pecados, los aeronáuticos naturalmente.

Siendo como he dicho antes la acción de los controladores absolutamente injustificable, a mí me parece que el gobierno más que solucionar el asunto, recuerde el alma dormida que AENA cerró el espacio aéreo español cuando había torres de control operando con total normalidad y que tras aplicar a los presuntamente rebeldes y sediciosos el Código de Justicia Militar herramienta que solucionaba el problema tal y como hemos visto todos; ha organizado un escenario que le permite operar con mayor comodidad, mientras la oposición, salvo la izquierda la parlamentaria y la otra que también existe, está callada.

Que una cosa es solucionar los problemas gravísimos del tránsito aéreo y castigar a los culpables y otra cosa muy distinta es lo que está ocurriendo.

Mientras, el Sr. Blanco sigue en su puesto buscando sino los quinientos controladores que nos prometió en febrero de este año, los ciento ochenta que va formar en dos meses, para lo que necesita imperativamente que siga vigente el estado de Alarma. ¿Qué tiene que ver la formación profesional con la vigencia del estado excepcional que vivimos?, pues a mí me parece que lo mismo que relaciona el culo con las témporas, pero vaya uno a saber.





























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