Centrales nucleares sociales y progresistas…


Una vista de la central nuclear de Ascó

Hace un par de días José Luis Rodríguez Zapatero se acogía al aforismo que reza, “rectificar es de sabios”, para justificar el cambio de su política sobre la energía nuclear. El pasado martes se aprobaba, con el apoyo del PSOE, una enmienda a la Ley de Economía Sostenible en la que se abría una puerta, para que las centrales nucleares pudieran mantenerse en funcionamiento más allá de los cuarenta años, si así lo solicitaban sus titulares.

Vaya por delante mi satisfacción por la decisión del PSOE de alinearse, aunque tarde y mal, con la absoluta necesidad de producir electricidad utilizando la energía nuclear. Una energía limpia y barata, que nos permitirá bajar los costes de producción de la energía eléctrica y añadir competitividad a nuestra industria, a la vez que conseguiremos paliar el maltrato continuado, al bolsillo del ciudadano.

Un giro copernicano, uno más, en las políticas de Zapatero que está claro no tiene la menor duda en aplicar el pensamiento marxista en cuanto lo considera necesario. El problema para el PSOE y la izquierda real de este país, es que ZP es de los marxistas, sección Groucho, lo que realmente resulta desolador; para su gente -que allá ellos- y lo que es peor, para el resto de españolitos que le vemos abandonar e incumplir todas y cada una de sus promesas electorales con una tranquilidad de espíritu que asombran al más pintado.

Y es cierto que comulga con una de las afirmaciones más pintorescas de Groucho Marx que decía que “Estos son mis principios, pero si no le gustan tengo otros”. No creo que haya nadie que pueda negar que esta afirmación recoge el paradigma del pensamiento político de José Luis Rodríguez Zapatero. Y como siempre hay gente que se empeña en buscarle los tres pies al gato, cuando lo cierto es que tiene cuatro, y alguno pensará que mi crítica es mal intencionada me apoyaré en otro argumento de “auctoritas”.

Dice ZP que se puede cambiar de opinión, y de inmediato todo el mundo recordó aquello de que de sabios es rectificar. Pues es cierto, de sabios es rectificar y de zotes permanecer en el error, pero para cuando alguien cambia frecuente e incansablemente de opinión, como es el caso, me acojo a lo que sobre este tema manifestó en su día, Felipe González que, no dudó en afirmar que "Cambiar de criterio es de gente razonable pero cambiar de criterio, todos los días, es de necios".

¡Oído cocina! lo dice Felipe González y lo dijo, es público y notorio, refiriéndose precisamente a los bandazos y giros de la política económica y energética de Zapatero, que creo que se ha ganado el título del Primer y Mejor Saltaperico de la política española, con todo merecimiento.

Se ha adoptado una decisión importantísima, pero tarde y mal, porque esa toma de decisión, que acaba con la última o penúltima promesa electoral de Zapatero, se debiera haber tomado ya hace mucho tiempo. El apoyo a la energía eléctrica de origen fotovoltaico ha conseguido que, en España haya unos cuantos supermillonarios encantados con el sistema, pero al resto de los españoles nos ha costado una millonada de euros que hemos tirado a la basura, bueno a la basura no, los hemos depositado reverentemente en los bolsillos de los especuladores.

Bien, ya sabemos lo que dijo Zapatero, que como de costumbre cogió con el paso cambiado a sus ministros. Esta vez le tocó a la ministra Rosa Aguilar, que como procede de la izquierda de verdad, no debe entender bien el “alto politiqués” con el que se expresa ZP, y afirmó, que la decisión de apoyar la enmienda que permite el funcionamiento de las nucleares más allá de los cuarenta años de antigüedad “no lleva ningún tipo de cambio de posición por parte del Gobierno”.

Bueno, hay que tener ganas de no aceptar la realidad, la decisión supone un cambio, pero no uno cualquiera, supone exactamente un cambio copernicano como ya lo he definido con anterioridad. Una toma de posición tan distinta y tan distante de la política energética que ha llevado a cabo este gobierno, que Zapatero tuvo que usar su tiempo en explicar e intentar justificar, precisamente, su derecho a “cambiar de opinión”.

Ahora frentes a las críticas de tirios y troyanos y de un grupito de arameos y gomorritas que pasaban por allí, se pondrá en marcha la artillería mediática que controla el gobierno y dentro de poco, nos hablarán del nuevo concepto energético: Las centrales nucleares sociales y progresistas y aquí paz y más allá gloria celestial.

Y entre los más disciplinados de las huestes zapateriles observaremos cambios sociales importantísimos, pasarán del “Nucleares no, gracias” al “Nucleares, salud y libertad, compañero” con absoluta tranquilidad de espíritu. Que, como ya sabéis todos y todas, compañeros y compañeras, la izquierda es disciplina.

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