¡Viva la deuda autonómica!

Hace unos días, tampoco tantos, se reunían en la Moncloa Zapatero y Artur Más, lo cierto es que no sabemos de que hablaron, ni que pactaron o si volvieron a pasarse la Ley Antitabaco por el arco político y se fumaron uno o dos paquetes de tabaco. Lo único que sabíamos hasta la fecha es lo que explicaron tras la reunión. Que por resumir no era otra cosa que, Zapatero daba su bendición apostólica a un mayor endeudamiento de Cataluña, en contra de lo que se había acordado en el Consejo de Política Fiscal y Financiera.

Una emisión de deuda “para los primeros gastos” del gobierno de CiU de 2.613 millones de euros, que la Generalitat se tiene que manejar con el presupuesto prorrogado del ejercicio de 2010. La noticia puso al resto de gobiernos autonómicos, cual panteras a las que se les pretenda quitar el solomillo de una gacela con el que iban a desayunar. Comunidades “populares”, pero también “socialistas”, por ejemplo Castilla-La Mancha, y mediopensionistas como la canaria pusieron el grito en el cielo.

El agravio era tan importante, que se veía venir que Zapatero, el oculto Zapatero, tendría, una vez más, que rectificar. Esta vez ha conseguido batir su propio récord. Todos conocemos aquella maldad de Fraga de Iribarne que afirmaba que “los socialistas sólo aciertan cuando rectifican”, pues ni por esas. Zapatero ha rectificado, y en lugar de reconsiderar lo que había concedido a Cataluña, ha vuelto a su optimismo antropológico y ha anunciado su particular y fiscal buena nueva: Todos tranquilos, en la Moncloa tengo para todo el mundo.

Vuelta la burra al trigo y otra vez nos enfangamos con la facilona figura de “café para todos”. Eso que acaba de irse Frau Merkel, que seguro que ha roto a jurar en arameo antiguo en cuanto se haya enterado de la zapaterada de turno. Cuando los distintos presidentes autonómicos respiraban tranquilos ante la posibilidad de endeudar aún más a sus administrados y, alborozados calculaban los “gastos” que ocasiona un año electoral, para poner en marcha a sus técnicos para lanzar rápidamente su emisión de deuda autonómica, todos, los de CiU y el resto de autonómicos varios, se han quedado sorprendidos ante unas declaraciones de Zapatero.

Zapatero afirma que no ha habido ni concesión a la Cataluña convergente, ni agravio comparativo, de hecho y textualmente manifestó que: "no hay ni trato de favor ni rectificación" y que Cataluña podrá emitir nueva deuda una vez que haya cumplido el requisito del informe favorable del CPFF como todo el mundo. Salgado echa su cuarto a espadas afirmando que todas las autonomías “podrán refinanciar su deuda”, pero no podrán “emitir deuda nueva”, como si lo importante es cómo se llama a las cosas y entonces ya no tiene importancia lo que realmente son. Ya que para “refinanciar”, las Comunidades autónomas tendrán que endeudarse más. Pero claro una cosa es una cosa y otra, pues eso, otra.

¿Qué no está nada claro?, claro que no, esto es otro enjuague del débil gobierno de ZP que no es capaz de sostener al entramado interno y cede, mientras intenta engañar a la UE, Merkel y asociados. Las autonomías han visto el cielo abierto. Presentarán al Gobierno su Plan de Reequilibrio y Hacienda decidirá si les permite endeudarse más, ¿qué ha cambiado? pues la clara percepción de que lo que estaba muy cuesta arriba y se iba a mirar con lupa, tras lo de Mas y CiU, va a convertirse en un mero trámite.

Las consecuencias: La prima de riesgo de España volvió subir por encima de los 200 puntos básicos frente al bono alemán a 10 años. A varios motivos se puede achacar el repunte de nuestra prima, por una parte una menor compra de bonos soberanos por parte del Banco Central Europeo y sobre todo la desconfianza de los mercados sobre la presunta consolidación fiscal. Tras el numerito protagonizado por Zapatero, Mas, Salgado y los presidentes autonómicos, se han creado serias dudas sobre la voluntad del gobierno socialista de llevar a cabo un recorte de verdad que frene el endeudamiento público de España.

Así que ya estamos otra vez en la misma situación, por una lado los “mercados” que no se fían y por otro los responsables españoles que son incapaces de ver más allá del horizonte de las elecciones autonómicas y municipales. Estas son las consecuencias, seguimos en el filo de la navaja y Zapatero reparte bulas para poder refinanciar lo que haga falta, faltaría más.

Zapatero se reúne con Mas, a la salida de la reunión el nuevo presidente de la Generalidad comparece y explica que el Gobierno iba a autorizar al Gobierno catalán a nuevas operaciones de deuda por entre 2.000 y 2.500 millones de euros a corto plazo. Nadie desmiente estas afirmaciones. Arde Troya y se tranquiliza a las CC.AA afirmando que todo el mundo podrá hacer lo mismo que Cataluña, que eso está recogido en el documento que gestó el Consejo de Política Fiscal y Financiera, y que el problema surge porque Mas lo dio por hecho a la salida de La Moncloa, como si fuera algo pactado con el presidente y no es así.

De lo que se deduce que, en este país nadie sabe de que van los asuntos importantes; el President ha quedado como un mastuerzo, los que se quejaron de la injusticia “inexistente” como tontos de capirote, cantando a coro aquello de dame pan y dime tonto y Zapatero como siempre: Ni bien, ni mal sino todo lo contrario, en su mundo y en sus cosas. De la Merkel no hay noticias todavía, porque no ha bajado de las alturas a las que le llevó el rebote que se cogió con las cosas de la deuda autonómica y la inefable figura de Zapatero.























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