El fracaso del boicot “laico”

Cuatro Vientos: Hoy como ayer una imagen vale más que mil palabras

Ayer en Cuatro Vientos quedó demostrado que el boicot “laico”, que lleva unos cuantos días haciéndose tristemente perceptible por la violencia ejercida por sus partidarios contra los peregrinos, ha fracasado en toda la línea. La presencia de más de un millón largo de personas (millón y medio afirma la organización del acto) en el aeródromo de Cuatro Vientos para participar con el Papa en la Vigilia así lo atestigua.
Paradójicamente la actuación de los que se autodenominan laicos, cuando laicos somos todas aquellas personas que no hemos recibido órdenes clericales, aunque lo hagan, unos desde su enciclopédica ignorancia y otros desde el interés de manipular el sentido de las palabras para llevar el agua a su molino, pero decía que las tristes actuaciones de unas dos mil personas, no es que hayan conseguido restar importancia a los actos celebrados, sino que por el contrario han animado a muchos ciudadanos a acreditarse a última hora como peregrinos.
El célebre principio de acción y reacción ha llevado a personas residentes en Madrid o en sus cercanías que no pensaban acudir personalmente a los actos a participar de forma activa en los mismos, impulsados por las reprobables acciones que todos hemos podido ver en los medios. La visión de unos individuos intentando arrancar la mochila de un joven, al grito de “esta mochila la he pagado yo”, o los gritos que se han proferido en esta España del año 2011 tales como “os vamos a quemar como en el 36”, más el clima esperpéntico percibido por todo el mundo a través de los medios, ha impulsado a muchos españoles al compromiso activo y a participar con su presencia en los actos.
Los organizadores de la protesta se han cubierto de gloria, sus acciones no han conseguido siquiera animar a más ciudadanos para que participaran en las mismas contra los peregrinos y poco a poco,  personas que estaban con ellos, personas que les apoyaban moralmente, visto lo que tristemente hemos visto todos, han hecho un prudente y asqueado mutis por el foro. Estos genios han ido perdiendo apoyo a cuenta de sus irracionales acciones y en lugar de llevar a cabo un análisis y  una rectificación, quisieron solucionar esta disminución de apoyos radicalizando aún más sus acciones y mensajes.
Hemos dado al mundo un espectáculo muy difícil de aceptar, la gente civilizada no puede apoyar a una organización que decide, en defensa de la libertad, el pacifismo y la tolerancia, perseguir en grupo a los pacíficos peregrinos. No vale escudarse en la presunta represión policial, que de haberse producido, nada tiene que ver con los peregrinos. Los indignados laicos han elegido el ataque físico y la vejación a los católicos como procedimiento para defender no se sabe bien qué.
Yo me pregunto qué es lo que le ha hecho la Iglesia católica a toda esta gente, a los que formaban parte de los matones que teóricamente se manifestaban y los que desde la comodidad de su domicilio les prestaban el apoyo moral de su opinión, para producir un odio tan intenso. No me vale ni lo del cuerno de África, ni los supuestos privilegios, ni la presunta catolización del país, nada de eso justifica lo que se ha hecho y lo que se ha dicho.
Quizás debieran reflexionar sobre una realidad. El odio es un sentimiento negativo que destruye a quien lo practica, el odio es un sentimiento castrador, el ejercicio del odio no ha producido ni una sola acción positiva a lo largo de la existencia de nuestro mundo y lo que nadie podrá negar es que los “laicos” se han movido impulsados por un odio sorprendente, que les nace de algo que anida en su interior y que deberían solucionar urgentemente, por su bien y por el de aquellos que pretendemos convivir con cierta tranquilidad.
Se han enfrentado dos paradigmas, el supuestamente progresista, lo dicen ellos, no yo que conste, y la retrógrada Iglesia Católica, lo dicen ellos también. Hemos podido ver como los supuestamente progresistas, amantes de la libertad y de la tolerancia, agredían, insultaban, escupían y disparataban, mientras los peligrosísimos peregrinos se limitaban a soportar estoicamente lo que les caía – literalmente - encima, algunos rezaban, lo que curiosamente producía un paroxismo peligrosísimo entre los “laicos” y los más prudentes se retiraban con discreción.
Hemos escuchado a los representantes de los dos paradigmas, unos se han dedicado a lo suyo y otros se han apresurado a justificar lo injustificable, a calificar de visiones torticeras e interesadas las que nos enseñaban cuáles habían sido las acciones de los “valientes” defensores de no se sabe qué derechos conculcados por los “feroces” peregrinos.
Ciertamente a los organizadores de los grupos de matones debieran leerle la cartilla sus “jefes”, han conseguido justamente lo contrario de lo que pretendían. Imprudentemente han desnudado su alma y resulta que sólo había en ella odio, revanchismo, violencia y una dosis bastante alta de sadismo. Las cartas están echadas, por una parte los que presumían de pacíficos han actuado con una violencia sorprendente y aberrante, por otra los indignados se han visto obligados a exhibir su oculto amor por Rubalcaba, el eslogan coreado de manera entusiasta de “Esto con Rubalcaba no pasaba” lo explica claramente a todo aquel que quiera escuchar.
Podría decirse que Rubalcaba no puede evitar que se le nombre, pero para que no cupieran dudas ahí entra Elena Valenciano que acusa a los peregrinos católicos de provocar ¿con sus rezos? a los ciudadanos y explica sutilmente el camino a seguir con su frase twittera  “me han dicho que había banderas nazis”, aquí se ha intentado que todo valiera, y no ha sido así, por un lado dos mil individuos “manifestándose” ilegalmente, intentando ocupar Sol, porque afirmaban que “Sol es nuestro” y ejerciendo una violencia injustificable y enfrente más de un millón  de personas hablando de su religión.
Se han producido paroxismos difíciles de justificar, por una parte la presunta provocación que supone la oración, por otra una muy curiosa, la terrible indignación sufrida por algunas almas sensibles a cuenta de la reunión del Papa con las monjas, que no sé qué tendrá de indignante que 2.500 monjas se reúnan con el Papa en el monasterio de El Escorial pero claro yo soy simplemente un laico católico y no tengo nada que ver con los que prostituyen su sentido, apropiándose del término y manipulando su real significado.
Su odio les ha estallado en la cara, los “laicos” han hecho un flaco favor a los valores que dicen defender y han perjudicado a mucha gente que no está con la Iglesia, con todo el derecho del mundo, con gente que no estaba de acuerdo con la visita del Papa, pero a los que han desarmado la violencia y la estupidez de los que han salido a la calle dispuestos a machacar a quien tuviera aspecto de peregrino.
Quizás tengamos suerte y se imponga la reflexión, aunque me extrañaría…

Comentarios

  1. Totalmente de acuerdo. Un saludo desde la península.

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  2. Gracias, saludos desde Fuerteventura.

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  3. Error amigo Miguel, los laicos no pretendiamos boicotear el acto y que no fuese nadie.
    Pretendemos que no se pague con los impuestos de todos los españoles, que sea sufragado por los fieles y la propia iglesia católica.
    Que haya sido un exito me parece bien. Quiere decir que el catolicismo está en augue y las nuevas generaciones llenas de valores harán de éste, un mundo mucho mejor.
    Pero por favor, que no usen mis impuestos para ello.
    Sólo pedimos eso.
    Espartaco

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