Rubalcaba, el nuevo mago Merlín de la Corte

Rubalcaba el mago, conoce el futuro y la solución a nuestros problemas...

Anda Alfredo Pérez Rubalcaba el candidato socialista, empeñado en una campaña de magia de la que supongo espera sacar pingües beneficios electorales. Un campaña en la que se anuncian una serie de acciones mágicas de una eficacia abrumadora, al decir del aspirante a la presidencia y que no limita la utilización de la magia a las milagrosas acciones que va a llevar a cabo si le votamos sino que además pretende utilizarla para que el electorado, bajo los influjos de esos poderosos hechizos que anuncia, crea en ellos y retribuya el esfuerzo rubalcabiano entregándole su voto.
Esta sesión continua de hechicerías y conjuros se enfrenta a un problema de base: La magia está pasada de moda. Las generaciones actuales han perdido la afición por la magia porque la tele, que hace mucho daño, les ha enseñado que, además de que los Reyes Magos son el Corte Inglés en connivencia con la tarjeta Visa de su señor padre, que la magia tiene truco, saben que una cosa es la que se ve y otra muy distinta lo que sucede en la realidad.
No es que critique la falta de fe de los electores, eso se lo dejo a los de Público, pero ciertamente hay que considerar, que este empeño de explicarnos todos los días una receta mágica en televisión, como si de Arguiñano se tratara, una receta que nos va a solucionar el paro, la deuda pública y lo que haga falta, produce un desgaste de la figura de Rubalcaba, porque naturalmente uno tiene que pensar que si tantas propuestas tiene para solucionar las cuestiones que nos acucian a todos los españoles y a la Nación, tiempo ha tenido para ponerlas en marcha.
Creo que a nadie se le oculta que el Sr. Rubalcaba era ministro del presente gobierno desde abril del  2006 que es cuando se hizo cargo del ministerio del Interior, ya en octubre de 2010 tomó posesión como vicepresidente primero y portavoz del Gobierno, conservando además la cartera de Interior y hasta el 8 de julio de 2011, día en que anunció su renuncia, compartió las responsabilidades con el presente gobierno. Así que queda claro que lo que le ha sobrado es tiempo para poner en marcha lo que ahora nos propone.
Y ahora pretende explicarnos que, supongo yo que a través de la magia, no hay otra explicación - sin viajar a Lourdes - de golpe se le han venido al caletre la solución a todos los problemas de España. Tendrían que tener los electores la fe del carbonero para tragarse semejante milonga. Porque lo lógico es preguntarse, por qué no aplicó las “soluciones” que ahora vende cuando pudo hacerlo y  en vez de eso,  ahora afirma estar en posesión del conocimiento que mágicamente le va a permitir gobernar España a total satisfacción de los ciudadanos.
Claro que los que conocen el esoterismo podrán decir que, como dicen los gnósticos “el que sabe, calla”, y que por tanto estoy sometiendo al mago Rubalcaba a una prueba a la que no puede hacer frente. Dueño del conocimiento mágico transmitido de padres a hijos o entre iniciados, Rubalcaba “conoce” y como  es de los que sabe, debe callar, porque el verdadero conocimiento es secreto.
Ya digo que o uno tiene una fe a prueba de bombas o francamente lo de Rubalcaba parece el típico cuento electoral destinado a convencer a los menos avisados. Todos conocemos la sobresaliente inteligencia que, dicen los que lo conocen, adorna a Rubalcaba. Muy apurado debe estar, cuando ahora tiene que vender que hay que poner reglas a los “mercados”, porque si realmente desde el Gobierno de España se pudiera hacer eso lo lógico es que lo hubiera hecho ya. Por otra parte si la versión oficial de la crisis, al menos la socialista, es que ésta es una cuestión mundial, a la que España y los españoles asistimos como sujetos pasivos y sin que nada pueda hacerse desde el gobierno de la nación, ¿cómo va a implementar normas a nivel internacional el mago Rubalcaba por poderosa que sea su “medicina” ?
Yo me inclino a pensar que Rubalcaba de mago tiene más bien poco, pero siendo como es un hombre inteligente, sino la verdad al menos sí le podríamos exigir un poquito de orden y concierto tanto en su oferta electoral como en su propio equipo, porque si no es capaz de poner orden entre los cuatro gatos que le acompañan ahora, ya me contarán que fe se puede tener en él para que ordene nuestro gobierno.
Hace unos días podíamos escuchar las declaraciones de Elena Valenciano, la ayudante del mago/candidato, que pedía al PP que no utilizara la cuestión del terrorismo como arma electoral. Bueno, yo no estoy demasiado de acuerdo sobre esa cuestión, pero habrá que aceptar que es una propuesta. Ayer Rubalcaba se jactaba de que en esta campaña no habrá atentados de ETA. Aseguraba, en una de estas sesiones en las que nos traslada los asuntos que mágicamente va sacando de la chistera correspondiente, que está convencido que ésta será la primera campaña "segura" porque se va a hacer "sin tener temor a un atentado de ETA".
Si no hay que utilizar la cuestión terrorista, Valenciano dixit, me parece que una de dos o no hay control y coordinación dentro del equipo rubalcabiano o simplemente, se aplica como es costumbre socialista, la doble vara de medir, que hablando de magos, supongo habrá sido la doble varita mágica del candidato. Otra cuestión importante ¿cómo lo sabe?, quizás utilizando los conjuros que conoce - le llaman el químico, pero a lo peor es el alquimista - ¿a través de qué conjuro ha conseguido esa información?. ¿Dónde ha comprado la bola de cristal que le ha permitido escudriñar el futuro para tranquilizar nuestro presente?
O también ¿qué etarra le ha asegurado, le ha garantizado, que no va a  haber atentados y a cambio de qué?, porque conviene recordar que estamos hablando de un candidato, no de un ministro del Interior. ¿Está en contacto con ETA Rubalcaba?, que no se cabreen los lectores socialistas, la afirmación de Merlín, digo Rubalcaba, obliga a hacer la pregunta. ¿Tiene algo que ver el convencimiento de Rubalcaba con los traslados masivos de etarras a las cárceles del país Vasco?, ¿está pagando un precio político el PSOE a ETA para asegurarse una campaña tranquila y de paso darle brillo y esplendor a su candidato?
Ya ven lo que son las cosas, Rubalcaba se pasa el día explicándose y a mí esas explicaciones me llevan a hacer muchas preguntas, aunque el candidato del “escuchar, hacer, explicar”, sólo explica; hacer, hace bien poco, en todo caso promete y todos tenemos en mente ese refrán tan grosero en el que se nos explica el valor de las promesas. Escuchar, escucha poco, cuenta lo que le conviene y lo demás se lo deja a su equipo para “un próximo día”, cómo cuando entró en Twitter y de cerca de 15.000 preguntas, me parece que contestó a dieciséis y las demás quedaron para su equipo y mejor ocasión.
Así que promete como candidato que hará lo que curiosamente pudo hacer durante su paso por el gobierno  y no hizo. Conoce el futuro, no explica cómo, pero es capaz de profetizar lo que sucederá con precisión y a sus partidarios seguro que les molesta que lo califique de mago, pues es eso o decir que falta a la verdad con oficio y maestría, que no sé qué es peor.
Va a necesitar de un milagro para obtener un resultado que le salve la cabeza. Y precisamente la necesidad del milagro, es la que me preocupa.
Ojalá me dejara un rato Rubalcaba la bola mágica que ha usado con lo de ETA, me quedaría mucho más tranquilo.

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