La figura de Zapatero supone una pesada carga para el PSOE


Zapatero, en Vistalegre, cuando el PSOE creía que su persona conseguía votos

El PSOE ha tomado una decisión importante, va a eliminar de su campaña para las autonómicas a la figura de José Luis Rodríguez Zapatero. Tienen la experiencia de las europeas, en las que la campaña, protagonizada por ZP, en la que éste buscó un resultado que avalara su política nacional se cerró con el fracaso socialista. Probablemente alguien haya recordado el fiasco de aquella cita electoral. El PSOE que tenía previsto arrancar esta campaña con un acto por todo lo alto en Vistalegre, en el que la figura central iba a ser su líder nacional, ha suspendido la cita abruptamente.

Parece que las cañas se han tornado lanzas para Zapatero, la idea que circulaba subterráneamente en los cenáculos de su partido de que su figura no aportaba nada al proyecto electoral socialista, el convencimiento de que su presencia no es ni deseable ni deseada, ha trascendido y los responsables de la campaña han decidido hacerla pública.

Como todas las cosas hechas con prisas la suspensión, del que estaba llamado a ser el acto central de la precampaña socialista, se hizo tarde y mal. Ferraz informó a los medios que se suspendía el acto en razón de su excesivo coste, teniendo en cuenta el dinero que está derrochando a manos llenas el PSOE en la precampaña, lo del coste era una pobre excusa. Los rumores se pusieron en marcha y ello obligó a la dirección socialista a lanzar un “argumentario” –de consumo interno- para que los cargos públicos y orgánicos del partido pudieran dar alguna explicación sin contradecirse demasiado.

Se afirmaba que la suspensión no tenía otro motivo que el de "subrayar el carácter específicamente municipal y autonómico del 22-M". Ya no era el excesivo coste del evento el que había aconsejado su anulación, sino el “carácter “de las elecciones y para que no se transparentara demasiado el verdadero motivo de la suspensión, ocultar a toda costa a Zapatero de la vista de los votantes, se prometía que el Presidente participaría de manera muy activa durante la campaña.

Lo cierto es que el PSOE no puede afrontar un reto electoral en la que los del PP van a presentar a Rajoy por todo el territorio en una campaña, que tiene por principal finalidad conseguir que los ciudadanos emitan un veredicto condenatorio a la política general de Zapatero. Repito, ya tienen la experiencia negativa de las últimas elecciones europeas, en las que Leire Pajín se empeñó en colocar sobre el tablero electoral la figura de ZP y su gobierno como argumento, con los resultados que todos conocemos.

El PSOE reconoce que Zapatero resta apoyos y por lo tanto, deprisa y corriendo, cambia el modelo de campaña. José Blanco, que vuelve a esa responsabilidad, ya ha dado las instrucciones necesarias para que la campaña se “regionalice”. La campaña socialista se apoyará en las condiciones específicas de cada territorio y en las posibilidades socialistas en cada comunidad. No quieren, desde Ferraz, un enfrentamiento Rajoy-Zapatero que saben tienen estrepitosamente perdido.

Por otra parte hacen de la necesidad virtud, las cúpulas socialistas de Cataluña, Castilla-La Mancha y Extremadura ya han puesto en conocimiento de la dirección de su partido que a Zapatero no lo quieren ni ver por su territorio durante la campaña, otro tanto cabría decir de Tomás Gómez, candidato del PSOE en la Comunidad de Madrid, que ha mostrado su falta de entusiasmo por la presencia de ZP durante su campaña.

Y no es que Blanco crea que puede ganar las elecciones, le consta que como mínimo los socialistas van a perder tres comunidades autónomas, que pueden despedirse de las ciudades de Barcelona y Sevilla; conoce perfectamente que en Madrid y en su Comunidad van a sufrir una derrota histórica, ¿entonces, a que viene este cambio de última hora?, simplemente al intento de aminorar los resultados favorables del PP.

Ya no les importan las pérdidas territoriales, que saben serán durísimas, lo que pretenden es minimizar el resultado global de la votación. Desean conseguir una derrota honrosa tanto a nivel autonómico como municipal, preparan el terreno para presentar una derrota importante como una victoria: “si tenemos en cuenta el desgate de la acción de gobierno, la no comprensión de las “políticas sociales” del PSOE, la crisis internacional, etc.” Persiguen conseguir unas cifras que les permitan acercarse a las del PP y afrontar el año que les queda hasta las generales intentando remontar. ¿Cómo?, no lo sé, pero ya saben que la esperanza es lo último que se pierde.

¿Qué dice Zapatero? no dice nada. Ya no le queda otra que esperar al  momento en el que el PSOE decida su eliminación, vía dimisión. En teoría esa decisión es suya, pero tal y como están las cosas, opino que el partido le obligará a dimitir después de las elecciones, cuando mejor convenga a la estrategia del PSOE. Nada se mueve en Ferraz sin el oportuno cálculo electoral.

Mientras, los aspirantes al trono se preparan para la lucha cainita a la sucesión zapateril.



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