Rubalcaba iza bandera blanca


No es que le tenga pena, pero ciertamente Rubalcaba por vez primera se ha encontrado con un problema político que no es capaz de solucionar. Cuando se decidió a dar el paso al frente, que colocaba bajo las luces de las candilejas a un personaje que siempre amó la oscuridad y prefirió una actividad realizada en un discreto segundo plano, cuando aceptó la Vicepresidencia, entendió que se hacía cargo de un trabajo, el de dirigir un gobierno del que el primer desertor era su propio presidente, en el que la falta de entidad de los ministros que lo componían le daría facilidades para tomar las riendas y eclipsar a todos ellos.

Pero no contó con la absoluta inanidad de los ministros y ministras de este triste gobierno paritario, cuya falta de preparación, sólo es superada por su sectarismo e incapacidad para el servicio público, que han preferido salir del armario donde los había encerrado Rubalcaba y animados por la noticia de la más que probable desaparición de Zapatero, se han lanzado a una suicida política de comunicación, que hasta ayer conducía con mano de hierro Alfredo Pérez Rubalcaba, en la que se han “lucido” contradiciéndose mutuamente y manifestando unas tonterías que dan compasión.

¿Qué exagero? Veamos, los ciudadanos españoles sufrimos una duda importante. Por un lado el Vicepresidente nos ha animado a ahorrar, mientras que, simultáneamente, la ministra de Hacienda y su equipo animaban a los españoles a gastar al objeto de animar el consumo. ¿Qué hacemos?, lo menos que se le puede pedir a un gobierno con ojos y cara es que en asuntos como este, se pongan de acuerdo en la versión correspondiente, ¿ahorramos o gastamos?

Analicemos ahora las sorprendentes manifestaciones de algunos ministros que, por aquello de defender sus propios intereses, son capaces de enfrentarse en público con una compañera de gobierno. Es el caso de Blanco, Salgado y el AVE a Galicia. La de San Quintín ha montado Blanco, que a cada día que pasa recuerda más a aquel Pepiño que creíamos desaparecido. El Sr. Blanco sabe que su porvenir político está en Galicia, por tanto pretende que lo del AVE funcione y apuntarse el rédito electoral, mientras Salgado apuesta por reducir la inversión al mínimo para prácticamente paralizar las obras y así producir un ahorro que disminuya el déficit; ante esta tesitura, Blanco ha convocado a sus fieles, entre los que sorprendentemente ha incluido a Feijoo Presidente Popular de Galicia, increíble pero cierto.

Pero no contento con su particular duelo con Elena Salgado, hace uno o dos días justificaba las decisiones adoptadas por el Gobierno para el ahorro de energía en que, si no se tomaban medidas, habría "una consecuencia inmediata en la inflación" y por lo tanto un "problema de precios y de hipotecas" para las familias. No se entiende muy bien cuál es la relación que une al ahorro de energía con la subida o la bajada del Euribor, que es el índice que fija el precio de las hipotecas, pero Blanco no da explicaciones, se limita a disparatar.

Claro, tanta actividad y protagonismo han tenido consecuencias y nuestro ministro de Industria, ya lo conocen ustedes, el de las bombillas y la no utilización de la corbata en verano, al objeto de conseguir el deseable ahorro energético, nos sorprende con otra gran idea. Sebastián se anima a proponer que los coches sólo se puedan usar en días alternos. Los lunes, miércoles y viernes, los que tengan matrículas terminadas en número par y los martes, jueves y sábados, los matriculados con una cifra cuyo último número sea impar.

Un disparate tal, que no admite el menor análisis. Si la medida se pusiera en marcha, los españolitos sacaríamos nuestro único coche, tres días a la semana. Mientras, “los que más tienen” tendrían, como mínimo dos coches, uno con matrícula par y otro con impar, con lo que el peso de la medida y el sacrificio consiguiente recaería sobre los ciudadanos de a pie, lo que por otra parte, desgraciadamente forma parte de las costumbres de este gobierno.

Por no cargar sólo contra los ministros tenemos a la Secretaria de Estado de Vivienda, hasta hace tres días ministra, que afirma que “permitir por Ley que la entrega de la vivienda pueda saldar la hipoteca sería peor y "tendría consecuencias para las familias". Y se ha quedado tan tranquila.

Comprendo que Rubalcaba un hombre inteligente y trabajador se haya quedado pálido ante tanta tontería lanzada a los medios, sin el menor empacho, por parte de unos individuos que sólo se preocupan de sus intereses. Saben que muy probablemente sean cesados después de las municipales y han decidido ponerse en marcha, sin que les preocupe ni el bien del gobierno y mucho menos el de España, así que Don Alfredo, inteligentemente, estará ocupado ahora mismo en izar bandera blanca.

Estoy con él, contra la estupidez es extraordinariamente difícil combatir.

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